Conservo esta edición de Letras Cubanas, 1992, de la antología Alas en la sombra, que hizo Yamile Mansor Llano de los Hermanos Loynaz, o sea de Dulce María, Flor, Carlos Manuel y Enrique. La idea de reunir a los cuatro hermanos fue muy buena, es una excelente antología.
De Enrique Loynaz, un poema dedicado a Federico García Lorca (1904-1968):
FE-DE-RI-CO
Va la flecha recta…
(¡perdida!)
-Así sucedió erecta
tu vida.
… Para la curva flecha soñolienta
y ésta
-para siempre se clava.
¿Dónde?, en tu corazón, cálido amigo.
-Por eso que fue curva y de colores,
de días y de noches,
de luces y luceros
aquella flecha
hecha
para la vastedad tuya y de otros.
(Por eso que tu flecha fue de plomos,
tan LIGEROS…)
Fe-de-ri-co.
(Extraño ya y palidecido.)
Ahora
falta… la flecha de los marineros;
fina punta acerada
que vaga hacia el Olvido
entre la madrugada.
*****
Muchas veces he puesto
mi corazón entre tus dedos
y cada vez -no sé si por duda o por miedo-
le has arrojado, de prisa, al suelo.
Hoy recogí de nuevo
el corazón casi deshecho,
y con más esperanza aún, he vuelto
a dejarlo entre tus dedos…
Esta vez tú has quedado mirándole un momento.
De Carlos Manuel Loynaz (1906-1977):
ELLA…
Ella se vistió de rosas
y olía a rosa:
y yo le dije:
¿Por qué te vistes de rosas
si eres rosa tú también?
Ella se quitó las rosas,
y sin saber,
la amé más, que como rosa,
como mujer.
(1923)
De Flor Loynaz (1908-1985):
SIN PAPEL
Esta vez el papel no me ha alcanzado
y la palabra vuela libre al viento.
Volará como vuela el pensamiento
hacia el país del sueño no soñado.
Lo escrito no ha quedado terminado
pero está vivo: que vibrar lo siento
con tañer de campana al firmamento
en un azul, de nubes despejado.
Aún cuando nunca más papel hubiera
o mi mano cansada no pudiera
trazar con línea firme la idea pura
ella estará cual lava derretida
socavando la tierra estremecida
hasta saltar un día ¡estoy segura!
(1976)
De Dulce María Loynaz (1902-1997)
Premio Cervantes (1992)
CUANDO VAYAMOS AL MAR
Cuando vayamos al mar
yo te diré mi secreto…
Mi secreto se parece
a la ola y a la sal.
Cuando vayamos al mar
te lo diré sin palabras.
Por bajo del agua quieta,
desdibujado y fugaz,
mi secreto pasará
como un reflejo del agua,
como una rama de algas
entre flores de cristal…
Cuando vayamos al mar
yo te diré mi secreto:
Me envuelve, pero no es ola…
Me amarga… pero no es sal…
Otros post míos en relación a Dulce María Loynaz. Aquí, aquí, aquí. Mi correspondencia con Dulce María Loynaz, que fue una gran amiga, se puede leer en mi libro Los misterios de La Habana, Planeta.
Me gusto mas el de Enrique; parece escrito ahora.
Los Loynaz, excelencia cubana. Gracias por este post.
Gran calibre el de Enrique.
Todavía guardo esa misma edición.
Lindo post.
Gracias a todos. Santiago, me gustan mucho los cuatro, la antología es bastante importante en cuanto a calidad y cantidad de los poemas. El de Dulce María y el de Enrique son los más audaces. Fíjate que el de Dulce, el secreto no es más que una entrega carnal en el agua al amante.
Conoci a los hermanos Loynaz en «Misterios de La Habana» de Zoe Valdes, antes solo sabia de la genial Dulce Maria. Gracias por el post.