Silvio, Silvio…
Por Charlie Bravo.
Un tipo que se las da de poeta y firma cartas pidiendo sangre.
Un tipo que se las da de músico y artista, y apoya dictaduras. Habrá
que preguntarle porque no puede tener la misma solidaridad que tuvo
con las víctimas de Pinochet con las víctimas de Castro. No espero una
respuesta, pero conozco sus razonamientos…. Silvio Rodríguez es un
tipo que se las da de humanista, y junto a Pablo Milanés recibió una
vez un carnet honorario de la seguridad del estado, que es la
organización diseñada para extender el odio y gobernar a través del
terror en la pacífica Cuba que él ha vendido a Juanes, en sólo 24 horas.
Claro, cantar a las víctimas cubanas, ni a los balseros ahogados, ni a
los prisioneros, ni a las Damas de Blanco tiene cabida en el corazón
podrido de un castrista redomado. No. Además, esas víctimas cubanas no
tiene la menor simpatía por el che guevara, y saben de primera mano
que el «proyecto revolucionario» no es más que un fraude de
proporciones monumentales. Ellos saben bien a qué sabe el
castrofascismo, y cómo duele. Y no, las Damas de Blanco no le dan la
oportunidad de viajar a la Argentina como las de las Madres de la Plaza
de Mayo, a vender discos y a llenar salas. Tampoco los balseros
ahogados. Es mejor concentrarse -selectivamente- en las víctimas de un
dictador e ignorar a conciencia las víctimas de otra dictadura.
Siempre y cuando, las que se ignoren sean esas que no llenan el bolsillo.
Dice Silvio Rodríguez que él no sabe quiénes son Porno Para Ricardo,
ni tampoco Los Aldeanos. Qué raro. Me pregunto si seguirá viviendo en
Cuba. O si está tan encerrado en una torre de marfil -contrabando
angolano- castrista. O quizás andará ocupado soñando con aviones que lo
lleven de viaje a algún lugarcillo por ahí, sin esperar por la tarjeta
blanca. O criando unicornios. O quizás pidiendo penas de muerte.
Silvio Rodríguez, el de la voz rajada y el guitarrismo mediocre, y el
guevarismo chivatiente que le cala los huesos. Dice no saber quiénes
son los que se atreven a decir las verdades. Y se lo dice a Juanes. Y
a quien quiera oírlo. El no sabe quiénes son «esa gente». Qué raro, si
hasta Porno Para Ricardo le imita muy bien en unas cuantas canciones
irónicas. Ah, Silvio, el falso rebelde, el chivatón encubierto, el
informante. El que canta con pose de vendedor de mangos.
Qué pena. Que lástima de ser humano, que solo promueve a los
incondicionales del comunismo y censura -cuando no clama por el
fusilamiento- de aquellos que se atreven a disentir o a largarse. Y
además, para eso tiene a sus estudios Abdala para que los elegidos
puedan grabar.
Ya que él no conoce a Porno Para Ricardo, ya que también, como su
amigo Amaury los ningunea y quiere eliminar de la faz de la tierra, le
digo, Silvio, oye las parodias que te han hecho los muchachones de
Porno Para Ricardo. Llora y berréate, cabroncete.
Deja una respuesta