Este miedo de la tiranía Castrista al ejemplo de Orlando Zapata Tamayo me recuerda el miedo que las autoridades españolas en 1873 le tuvieron al cadáver del Mayor General Ignacio Agramonte y Loynaz. al cual después de exhibirlo lo quemaron y esparcieron sus cenizas.
Esa actitud de la tiranía Castrista está muy lejos de la actitud del militar español Ximénez de Sandoval ante el cadáver de José Martí, Apóstol de la Independencia Cubana.
En el momento de ser colocado el féretro en el nicho, el Coronel Sandoval hizo la pregunta siguiente: “¿No hay aquí ningún pariente o allegado, o amigo del finado?” Viendo que nadie respondía, dijo:
“Vaya, señores, puesto que el difunto no tiene aquí parientes ni allegados que lo hagan, despediré yo el duelo.”
El Coronel José Ximénez de Sandoval, descubierto, pronunció estas palabras:
“Señores: Ante el cadáver del que fue en vida José Martí, y en la carencia absoluta de quien ante su cadáver pronuncie las frases que la costumbre ha hecho de rúbrica, suplico a ustedes no vean en el que a nuestra vista está, al enemigo, y sí al cadáver del hombre que las luchas de la política colocaron ante los soldados españoles. Desde el momento que los espíritus abandonan las materias, el Todopoderoso, apoderándose de aquéllos, los acoge con generoso perdón allá en su seno; y nosotros al hacernos cargo de la materia abandonada cesa todo rencor como enemigo dando a su cadáver la cristiana sepultura que los muertos se merecen. He dicho.”
Ximénez de Sandoval mostró hidalguía ante el cadáver de José Martí y si no mostró más fue porque no se estaba totalmente seguro de que fuera el cadáver de Martí y por las condiciones de la guerra, entre las que se destaca los tres ataques que tropas al mando del General Quintín Bandera hicieron a las tropas españolas para rescatar el cadáver. Ximénez de Sandoval y José Martí eran hermanos masones.
La indignante actitud fue la de aquellos cubanos que conocían a José Martí y se quedaron callados. Ese silencio cobarde y vergonzoso producido por el miedo ante un poder terrenal superior hoy todavía se extiende sobre millones de cubanos de dentro y de FUERA de la Isla.Hasta oficiales al servicio de España fueron los que mediante sus gestiones se obtuvo la tumba y costearon la lápida del lugar donde descansarían los restos de nuestro Apóstol de la Independencia.¿ Con el Castrismo se ha visto algo similar con sus adversarios muertos ? . Al fondo del Cementerio de Colón hay tanques de 55 galones llenos con los huesos de muchos de los fusilados en los primeros años de Castrismo; la inmensa mayoría de sus cuerpos no se los entregaron a la familia para que los enterraran en su panteones familiares por miedo a marchas y protestas públicas en sus entierros y las peregrinaciones en los aniversarios de sus fusilamientos. Hasta 10 años después no le decían a los familiares donde habían sido enterrados; había que creerles a las autoridades de la tiranía que decían la verdad.
Después de todo, no nos deberíamos de asombrar de una tiranía a cuatro manos de dos supuestos hijos de un mercenario español que por dinero de un acaudalado de su región de Galicia fue a Cuba a combatir a los cubanos independentistas sustituyendo al hijo de ese acaudalado. No hay hidalguía que buscar en ellos.
Pedro Pablo Arencibia, de Baracutey Cubano.
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