La dictadura apañada y la guerra consentida.

La guerra en Libia, consentida y llevada a cabo por la OTAN, bastante tarde, por cierto, se hubiera podido evitar. ¿Cómo? Pues llevando al dictador Muammar El Khadafi a un tribunal penal internacional por crímenes en contra de su pueblo y contra la humanidad. Crímenes de los que esos mismos países miembros de la OTAN, que negociaban con el mismísimo Khadafi, y al que le dieron la responsabilidad en la ONU de ser uno de los países líderes de los DDHH, y que hoy bombardean Libia, poseían y posee la prueba.

La guerra pudo haberse evitado. No lo hicieron. ¿Por qué? Porque la dictadura apañada con petróleo daba dinero. Ahora, la guerra también da plata. La guerra enriquece a los vendedores de armas. Por cierto, España es uno de esos países vendedores de armas, por eso con esta guerra el país europeo gobernado por Zapatero sí está de acuerdo, con la de Irak no. La de Irak fue una guerra desatada por un presidente norteamericano de derechas, con el objetivo de enriquecer también a unos cuantos. Pero en aquella guerra se jugaban las presidenciales españolas, entre otros trapos sucios de otros países miembros de la OTAN.

Nadie podía imaginar que Sadam Hussein cayera, y cayó, ahorcado con la lengua afuera, todo el mundo lo vió, el video circuló por youtube, yo escribí sobre el mal gusto de esa imagen, aunque el placer de ver finalmente al dictador ajusticiado fuera inmenso.

Aquellos que estuvieron a favor de la guerra de Irak hoy están en contra que ocurra lo mismo en Libia, prefieren a Muammar El Khadafi antes que a los islamistas -como si Khadafi no lo fuera-, aquellos que apoyaban a Bush no apoyan a la OTAN, porque aquel presidente era norteamericano y de derechas. Ya escribí sobre ese enigma que no es tal, la gente sesuda es la más testaruda a veces, es la esencia del conservadurismo a ultranza.

Sin embargo, también  los medios masivos de comunicación han consentido esta guerra, lo que se nota en que no ha habido imágenes del desastre como las hubo con Irak, ni de los bombardeos nocturnos. Pocas imágenes, y bastante apoyo por debajo del tapete, por cierto, hasta de los artistas de izquierda a los que no he oido quejarse ni por lo bajo, ni con un mínimo piar siquiera. Lo que considero excelente, porque cada vez que un artista hollywoodense o de los De la Ceja abre la boca para opinar políticamente provoca un tsunami de estupidez.

¿Es una guerra justa? Desde el momento en que hay que hay que sacar y eliminar a un dictador lo es, pero ¿para implantar luego qué? Cualquier cosa será mejor, siempre he pensado en eso, pero mejor para los que lo decidan democráticamente. Tengo la impresión de que en esta guerra consentida para acabar con una dictadura apañada, además se quiere sacar con pinzas al tirano, o sea, matar sin espectáculo, irónicamente es hipócrita, porque están matando igual, sólo que sin mostrar lo que mostraron cuando la de Irak con lo que acojonaron al mundo. Y lo que es peor, nos estamos acostumbrando a que el espectáculo sea selectivo. Bah, otra guerra, nos decimos, y miramos hacia otro lado, o contemplamos imperturbables la masacre -según lo que decidan los programadores.

Entre tanto, en Yemen, en Siria, continúa la represión , y todavía a nadie se le ocurre tomar cartas en el asunto antes de desatar otras dos guerras. ¿No sería mejor sacar a los dictadores mediante tribunales penales internacionales? ¿No sería más certero ir a buscarlos a sus tronos directamente? Esperemos que se tome esto en cuenta, y que Cuba también forme parte de este cambio al que se está sometiendo a las dictaduras árabes, pero con tacto, por el bien de la humanidad.

Zoé Valdés.

4 respuestas a “La dictadura apañada y la guerra consentida.”

  1. Muy de acuerdo.

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  2. Ibis García Alonso

    Sí, brillante análisis. Particularmente, no creo en bombas inteligentes ni en misiles democráticos. Lo que está sucediendo en Libia se debe a la política hipócrita de todos esos organismos internacionales —INOPERANTES TODOS— que hablan de derechos humanos al mismo tiempo que se codean con dictadores salpicados de sangre como los Castro, Chávez, Ortega, Kadaffi, etc. A mí, especialmente, ya no me cabe ninguna duda: a los países que conforman estos organismos internacionales les es más lucrativa la venta de armas que hacer cumplir una ley; ¿o por qué —por citar sólo un ejemplo— no llevaron a Kadaffi ante la corte de un tribunal internacional cuando hubo pruebas de que fue él quien dio la orden de atentar contra el avión de la Pan Am, en Escocia, causándole la muerte a 270 personas? ¿Por qué no se lo detuvo a tiempo al asesino mientras éste se paseaba libremente con su acostumbrada carroza por las calles y ciudades de países pertenecientes a los mismos organismos internacionales encargados de velar por el respeto a los derechos humanos en el mundo? Triangulación y bananas; estos organismos deciden la guerra desde sus oficinas, así de simple. Todos son unos hipócritas. Conjura, conspiraciones y confabulaciones las hay entre TODOS, y otras cosas espurias, también.

    Gracias, Zoé.

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  3. Fantastico me gusto mucho!

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