El dictador militar Jorge Rafael Videla, tan militar y tan dictador como los Castro, y amigo íntimo de ellos, tal como se ha comprobado, murió recientemente tras resbalar con una pastilla de jabón mientras tomaba una ducha. Su celda ya ha sido «precintada y clausurada», tal como se informa aquí.
Imagino, oh cuán larga es mi imaginación, si este accidente pudiera ocurrir con los tiranos Castro, y claro, la respuesta es no. En primer lugar los tiranos Castro, pese a su amistad con dictadores como Videla y Pinochet (recuérdese que uno de los pocos en protestar en contra del proceso a Pinochet fue Fidel Castro), gozan de una absoluta libertad y popularidad entre la izquierda letrinoamericana e internacional, y entre la derecha negociadora.
En segundo lugar, dudo mucho que en caso de que se hallasen ambos en una celda condenados por su más de medio siglo de desmanes y crímenes de «lesa humanidad», tal como fueron juzgados y condenados Videla y compañía, apareciera un jabón oportuno y justiciero para que ambos resbalaran y cayeran de forma revolucionariamente fortuita matándose en el acto.
Pero supongamos que esto del jabón milagroso pudiera acontecer, y que los cubanos tuviésemos esa dicha de tropezarnos con un jabón más valiente que cualquier cubano; pues entonces, no lo duden, de inmediato la ONU, los países del mundo entero con Estados Unidos a la cabeza, y la prensa internacional, no solo estarían acusando al jabón de marras como agente de la CIA y culpándolo del enésimo atentado, por fin triunfante, ah, qué barbaridad tan cruel, en contra de Castro I y de Castro II, sino que además el jabón engrosaría la lista de terroristas más buscados junto a Luis Posada Carriles.
Mientras tanto, un duelo mundial de un mes sería declarado. En Cuba, por supuesto, el duelo duraría (por orden de los militares) un año entero o más (no mucho más), donde veríamos, no sin vergüenza, al «pueblo» llorando por los rincones, colgado de las banderas (por nada digo de las cortinas), arráncandose mechones de cabellos, y lamentándose de la Gran Pérdida Eterna (en plural quizás).
Al cabo del año esos mismos militares colocarían a los herederos con la anuencia de la bichidisidencia y, como en Rusia, los oligarcas continuarían en el poder.
En Argentina, sin embargo, Videla resbaló con un jabón, se partió la crisma al mismo tiempo que le dio un infarto (contra qué casualidad más casual), y la gente siguió como si nada. Argentina todavía puede salvarse, me digo, aunque… ¿Por fin se supo algo en cuanto a si la viuda eliminó al presidente con la complicidad del hijo? ¿O la bala era también de jabón, cuya marca lleva el nombre de Camay o… Cristina? En cualquier caso, apesta esa pastilla o bala de jabón.
Zoé Valdés..
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