A decir verdad, me divierte como la prensa internacional habla de adolescentes «americanas, españolas, francesas, inglesas, y ahora austriacas» que se incorporan a la Jihad como «esposas de los mártires». Me divierte, porque ninguna de estas chicas son americanas, españolas, francesas, inglesas, o austriacas de cultura, identidad, o costumbres. Son producto de comunidades islámicas que no se adaptan a la vida en el mismo Occidente que les da oportunidades como mujeres, las que rechazan, puesto que el oscurantismo islámico es con lo cual se identifican. Estos apellidos de sonido mas o menos yugoeslavo nos dan la idea de dos jovenzuelas de origen musulmán-balcanico, que simplemente regresaron al redil del islamismo mas acérrimo. Busquen las fotografias y los nombres de las otras «chicas-jihad» que hay por ahi. Quizas se encuentren con alguna conversa, pero nada mas. La corrección política no es mas que una mentira encubierta bajo un velo de buenismo.
A decir verdad, me divierte como la prensa internacional habla de adolescentes «americanas, españolas, francesas, inglesas, y ahora austriacas» que se incorporan a la Jihad como «esposas de los mártires». Me divierte, porque ninguna de estas chicas son americanas, españolas, francesas, inglesas, o austriacas de cultura, identidad, o costumbres. Son producto de comunidades islámicas que no se adaptan a la vida en el mismo Occidente que les da oportunidades como mujeres, las que rechazan, puesto que el oscurantismo islámico es con lo cual se identifican. Estos apellidos de sonido mas o menos yugoeslavo nos dan la idea de dos jovenzuelas de origen musulmán-balcanico, que simplemente regresaron al redil del islamismo mas acérrimo. Busquen las fotografias y los nombres de las otras «chicas-jihad» que hay por ahi. Quizas se encuentren con alguna conversa, pero nada mas. La corrección política no es mas que una mentira encubierta bajo un velo de buenismo.