Las historias de manuscritos perdidos abundan en el anecdotario de la literatura contemporánea. Le ha ocurrido a muchos escritores; incluso algunos galardonados con el Nobel. Uno de ellos, Gabriel García Márquez, extravió un cuaderno de escuela en el que tenía, según confesó en una ocasión, «sesenta y cuatro temas anotados con tantos pormenores que sólo me faltaba escribirlos». Nunca lo encontró. Eventualmente, después de un viaje a Europa (donde transcurrían las tramas de algunos de los relatos), reescribió los que su memoria alcanzó a rescatar. Son los que aparecen en Doce cuentos peregrinos.
Origen: ‘En Blanco y Trocadero’, divertida, ingeniosa y tremendamente humana | El Nuevo Herald
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